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La guerra en Ucrania, que ya supera los 1.000 días, presenció un episodio sin precedentes este jueves, 21 de noviembre. Según informaron las Fuerzas Aéreas ucranianas, Rusia lanzó un misil balístico intercontinental (ICBM) desde su territorio hacia la ciudad de Dnipro, en el centro-este de Ucrania.
Si se confirma esta acción, sería la primera vez que se utiliza este tipo de armamento en un conflicto militar, marcando un punto crítico en una guerra que ya ha tenido serias implicaciones internacionales.
¿Qué ocurrió en Dnipro?
El misil, según las autoridades ucranianas, fue disparado desde la región de Astracán, situada en el sur de Rusia, recorriendo más de 1.000 kilómetros antes de impactar en su objetivo. Este ataque tuvo como blanco infraestructuras críticas e instalaciones industriales en Dnipro, causando incendios y dejando al menos dos heridos, según detalló el gobernador regional, Serhiy Lysak.
Los ICBM son armas diseñadas para recorrer largas distancias (más de 5.600 km) y pueden ser equipados con ojivas nucleares. Sin embargo, una fuente de la Fuerza Aérea ucraniana aseguró que el misil utilizado no llevaba una carga nuclear. Aun así, su uso representa un claro endurecimiento de las tácticas militares rusas, que ya habían incluido misiles hipersónicos Kinzhal y de crucero Kh-101 en ataques recientes.
Zelensky: “Un vecino insano”
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, condenó el ataque, calificando al mandatario ruso, Vladimir Putin, de “loco” y criticando su desprecio por la vida humana. Zelensky señaló que la velocidad y la altitud del misil sugieren que se trataba de un proyectil con capacidad balística intercontinental, lo que, de confirmarse, sería un movimiento sin precedentes en la historia militar moderna.
“Nuestro vecino insano ha mostrado nuevamente su desprecio por la dignidad, la libertad y la vida humana. Este nuevo misil ruso es prueba de sus intenciones destructivas”, declaró Zelensky en un mensaje dirigido a la comunidad internacional.
Una respuesta a los ataques ucranianos:
El lanzamiento del ICBM ocurrió en un contexto de crecientes tensiones. Durante la misma semana, Ucrania había utilizado misiles de largo alcance proporcionados por Estados Unidos y Reino Unido (como los ATACMS y Storm Shadow) para atacar objetivos en territorio ruso.
Estos ataques fueron calificados por Moscú como una “escalada significativa” y llevaron a Putin a ajustar la doctrina de defensa rusa, permitiendo ahora respuestas nucleares a ataques convencionales.
Este cambio en la postura rusa refleja la intensificación de las hostilidades y una mayor disposición del Kremlin a utilizar su arsenal estratégico, una medida que alarma a las potencias occidentales.
¿Un mensaje a Occidente?
Andrey Baklitskiy, investigador del Instituto de Investigación para el Desarme de la ONU, expresó su sorpresa ante el uso del ICBM. Según el experto, lanzar un misil de este tipo contra un objetivo civil no tiene sentido estratégico, dado su elevado costo y precisión.
Además, plantea interrogantes sobre si Estados Unidos fue informado del lanzamiento, ya que los acuerdos internacionales exigen avisos previos para evitar malentendidos que puedan escalar a un conflicto nuclear.
“Si esto se confirma, sería un hecho completamente inédito en la historia militar y una muestra de que Rusia está dispuesta a todo por presionar tanto a Ucrania como a sus aliados occidentales”, añadió Baklitskiy.
Por su parte, Ulrich Kuehn, experto alemán en seguridad, afirmó que este evento subraya la creciente complejidad del conflicto, calificándolo como un movimiento “alarmante y escalofriante”.
Dimensiones internacionales y la influencia de Corea del Norte:
En las últimas semanas, la guerra ha tomado un carácter aún más global con la llegada de tropas norcoreanas para apoyar a Rusia. Este movimiento, según informes de inteligencia estadounidenses, ha provocado un endurecimiento de la política de misiles de largo alcance por parte de la administración de Joe Biden, lo que ha irritado al Kremlin.
A medida que se intensifican los ataques y contraataques, las implicaciones internacionales del conflicto se tornan más evidentes. Por ejemplo, las recientes ofensivas ucranianas llevaron al cierre temporal de embajadas estadounidenses y europeas en Ucrania por temor a represalias rusas. Aunque el esperado “ataque masivo” no se materializó, este episodio fue denunciado por Kiev como una maniobra de “terror psicológico”.
Putin y la nueva doctrina nuclear:
El contexto del lanzamiento del misil también incluye la reciente flexibilización de las condiciones para el uso del arsenal nuclear ruso. Según las nuevas directrices, Moscú podría responder con armas nucleares incluso a ataques convencionales si considera que estos amenazan su seguridad nacional.
Esta nueva postura ha encendido las alarmas en Occidente, donde los líderes temen que una mayor escalada pueda desencadenar un conflicto más amplio, especialmente si Rusia percibe los ataques ucranianos, apoyados por potencias como Estados Unidos, como una amenaza existencial.
Trump y la posibilidad de negociaciones:
En medio de este complejo panorama, el expresidente estadounidense Donald Trump ha prometido que pondrá fin a la guerra si regresa a la Casa Blanca, aunque no ha especificado cómo lo haría. Tanto Rusia como Ucrania parecen estar posicionándose estratégicamente ante la posibilidad de futuras negociaciones, aunque, por ahora, el diálogo parece ser una meta lejana.
¿Qué significa esto para el futuro del conflicto?
El lanzamiento de un ICBM por parte de Rusia podría marcar un cambio en la dinámica de la guerra. Además de ser un movimiento táctico, también es un mensaje directo a Ucrania y sus aliados occidentales: Rusia no retrocederá y está dispuesta a utilizar todos los medios a su alcance.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan los acontecimientos, conscientes de que cualquier error de cálculo podría tener consecuencias catastróficas.
La utilización de armamento estratégico en el conflicto subraya la urgencia de encontrar una solución negociada, aunque las tensiones actuales hacen que este objetivo parezca más difícil que nunca.
En este contexto, la guerra en Ucrania sigue siendo un punto crítico en la geopolítica mundial, con implicaciones que van mucho más allá de las fronteras de ambos países.