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Cuando hablamos de fortalecer el sistema inmunológico, nos enfrentamos a un tema lleno de mitos y verdades a medias. Desde baños de agua helada hasta suplementos vitamínicos, las personas buscan constantemente formas de evitar resfriados y mejorar sus defensas.
Pero ¿qué dice la ciencia al respecto? Este artículo explora las prácticas más comunes y evalúa su eficacia para fortalecer el sistema inmunológico.
La fascinación por los baños fríos:
En pleno invierno londinense, sumergirse en un reservorio con agua a 3.9 °C podría parecer una locura. Sin embargo, estudios indican que el contacto con agua fría genera una descarga de adrenalina que moviliza glóbulos blancos, las células encargadas de combatir infecciones.
Sin embargo, según la inmunóloga Eleanor Riley de la Universidad de Edimburgo, este efecto es temporal y no existen pruebas concluyentes de que las personas que practican la natación en agua fría sufran menos resfriados.
Ejercicio – La clave para un sistema inmunológico joven:
Si bien los baños fríos no son la panacea, el ejercicio regular sí tiene un impacto significativo. Estudios sugieren que la actividad física moderada puede retrasar el envejecimiento del sistema inmunológico, que comienza a declinar a partir de los 20 años.
Investigaciones con ciclistas de 80 años mostraron que su sistema inmunológico era comparable al de personas mucho más jóvenes. Sin embargo, la médica Margaret McCartney advierte que, aunque los datos son alentadores, el ejercicio no es una cura milagrosa.
El papel de las vitaminas:
La vitamina C es una de las más populares cuando se habla de inmunidad. Aunque su deficiencia puede debilitar el sistema inmunológico, consumirla en exceso no ofrece beneficios adicionales para la mayoría de las personas. Los multivitamínicos también carecen de evidencia que respalde su efectividad, según McCartney, quien los describe como una “orina cara”.
La vitamina D, por otro lado, está en el centro del debate. Los niveles de esta vitamina disminuyen durante el invierno debido a la falta de exposición solar. Algunos estudios sugieren que su suplementación podría beneficiar a personas con niveles extremadamente bajos y enfermedades respiratorias. Sin embargo, las evidencias no son suficientes para recomendar su uso generalizado.
Prebóticos, probóticos y otros remedios populares:
Los prebóticos y probóticos, conocidos por alterar las bacterias intestinales, podrían tener un impacto en la inmunidad, pero los datos aún son insuficientes para emitir recomendaciones claras.
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Otros productos como la equinácea, la cúrcuma y el jengibre tampoco han demostrado beneficios comprobados en ensayos clínicos. Según McCartney, estos suplementos carecen de evidencia para respaldar su efectividad.
El reloj biológico del sistema inmunológico:
El sistema inmunológico no funciona de manera uniforme a lo largo del día. Según Eleanor Riley, su actividad es más eficaz durante las primeras horas de la mañana y comienza a disminuir por la tarde.
Este ciclo de 24 horas podría influir en la eficacia de las vacunas y la respuesta del cuerpo ante patógenos. Mantener un ritmo diario regular podría ayudar a fortalecer las defensas del organismo.
Factores que debilitan el sistema inmunológico:
Mientras buscamos formas de fortalecer nuestro sistema inmunológico, también es importante evitar lo que lo debilita. Fumar, por ejemplo, daña directamente los pulmones, convirtiéndolos en una barrera menos eficaz contra los virus.
Además, el tabaquismo genera inflamación crónica que interfiere con la respuesta inmunológica. La obesidad también aumenta la vulnerabilidad a las infecciones al promover un estado inflamatorio constante en el cuerpo.
El impacto del estrés:
El estrés crónico eleva los niveles de cortisol, una hormona que debilita el sistema inmunológico. Actividades como caminar, estar en contacto con la naturaleza y pasar tiempo con amigos pueden reducir el estrés y, en consecuencia, mejorar la inmunidad.
“Ser feliz y mantener un estado de ánimo positivo tiene un impacto significativo en nuestras funciones corporales”, asegura Riley.
El papel de los sprays nasales:
Un estudio publicado en The Lancet mostró que los sprays de agua salina pueden reducir la duración de los resfriados. Los participantes que los usaron reportaron una recuperación promedio de seis días, en comparación con ocho días entre quienes no los utilizaron. Aunque no son una cura, podrían ser una herramienta útil para aliviar síntomas.
¿Es posible fortalecer el sistema inmunológico?
Si ya practicas hábitos saludables como no fumar, llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente, tu sistema inmunológico probablemente esté en su mejor forma para combatir infecciones.
Sin embargo, no existen evidencias concluyentes de que las tendencias populares puedan mejorar significativamente la inmunidad. Una excepción importante es la vacunación, que sigue siendo la forma más eficaz de prevenir enfermedades específicas.
En lugar de invertir en suplementos costosos, podrías considerar estrategias basadas en evidencia como mantener un estilo de vida saludable, reducir el estrés y seguir un ritmo diario constante. Al final del día, cuidar de tu bienestar general es la mejor forma de proteger tu sistema inmunológico.