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Esta semana, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se reunió con la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, en Washington, mientras que el expresidente Donald Trump optó por no reunirse con él, resaltando la creciente división política en torno a la política exterior estadounidense hacia Ucrania. Este encuentro se llevó a cabo en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
Zelenskyy y Harris se encontraron el jueves en la Casa Blanca para discutir el apoyo de Estados Unidos en la guerra contra Rusia. Por otro lado, Trump, quien ha intensificado sus críticas hacia Zelenskyy, lo acusó de favorecer a los demócratas en las elecciones presidenciales que se aproximan.
Durante un mitin en Carolina del Norte, Trump comentó: “El presidente de Ucrania está aquí en nuestro país y está haciendo insinuaciones contra su presidente favorito, que soy yo”. Además, aseguró que Ucrania ya estaba “perdida” y que cualquier acuerdo, incluso el peor, hubiera sido mejor que la situación actual.
El conflicto entre Trump y Zelenskyy no es nuevo. En 2019, Trump fue acusado de intentar presionar a Zelenskyy para investigar a Joe Biden y su hijo Hunter, lo que llevó a su primer juicio político. Desde entonces, la relación entre ambos ha sido tensa, especialmente con la posibilidad del regreso de Trump al poder. Zelenskyy ha sido cauteloso en sus comentarios sobre Trump, aunque no ha evitado del todo responder a sus críticas.
Por otro lado, Harris ha expresado un firme apoyo a Ucrania, comprometiéndose a continuar con la ayuda si llegara a la presidencia. El presidente Joe Biden también ha reforzado este apoyo, anunciando un paquete adicional de 2,4 mil millones de dólares en asistencia militar, que incluye sistemas de defensa aérea, drones y misiles. Además, autorizó un paquete adicional de 5,5 mil millones de dólares para enviar equipos militares a Ucrania y reponer las existencias estadounidenses.
La guerra en Ucrania ha contado con un respaldo bipartidista en el Congreso desde la invasión rusa en 2022, pero algunos republicanos han comenzado a mostrar escepticismo sobre el apoyo continuo. La visita de Zelenskyy a una fábrica de municiones en Pensilvania, el estado natal de Biden, fue vista por Trump y otros republicanos como un movimiento político en favor de los demócratas de cara a las elecciones.
En una entrevista reciente, Zelenskyy criticó a algunos políticos republicanos, como el senador JD Vance, por sus propuestas para terminar la guerra, que incluían la posibilidad de una zona desmilitarizada. Para Zelenskyy, esto equivaldría a ceder territorio a Rusia, algo inaceptable para Ucrania.
Trump, por su parte, ha repetido en varios mítines que pondría fin a la guerra de inmediato, incluso si eso significara aceptar condiciones favorables para Moscú. Sin embargo, no ha explicado cómo lo haría o si busca que Kiev gane el conflicto. Para él, la prioridad es detener el conflicto y salvar vidas, aunque ha sido criticado por minimizar el número de víctimas reales.
Mientras tanto, Harris ha advertido que sin el apoyo de Estados Unidos, Putin podría avanzar más allá de Ucrania y amenazar a otras partes de Europa. Ha subrayado que la política exterior de su administración, de llegar a la presidencia, estaría alineada con la defensa de Ucrania y el fortalecimiento de las alianzas occidentales.
El apoyo de Estados Unidos sigue siendo crucial para que Ucrania pueda resistir ante la agresión rusa, pero la división partidista sobre el futuro de este respaldo se hace cada vez más evidente.
Fuente de la noticia: NBC News.