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Enclavada sobre un impresionante pilar rocoso de 40 metros de altura, en la remota región de Imereti, al oeste de Georgia, se encuentra el Pilar Katskhi, un enigmático lugar de culto que fascina tanto por su historia como por su inaccesibilidad.
Este sitio, apodado “Pilar de la Vida” por los lugareños, ha sido descrito por CNN Travel como “la iglesia más sagrada y aislada del mundo”. Aunque prohibida al público, esta peculiar iglesia ortodoxa guarda siglos de historia y un halo de misterio que sigue intrigando a historiadores, arqueólogos y viajeros.
Un viaje hacia el pasado: el descubrimiento del Pilar Katskhi
Para llegar a este lugar, es necesario recorrer unos 200 kilómetros al oeste de Tiflis, la capital georgiana. En medio de un valle verde y sereno, el pilar se erige como un desafío a la lógica, coronado por estructuras religiosas que parecen desafiar las leyes de la física. Pero, ¿cómo se construyó esta iglesia y cuál es su origen?
El sitio fue descubierto por investigadores en 1944, pero no fue hasta 1999 cuando se iniciaron estudios profundos sobre su historia. Según los registros arqueológicos, las primeras estructuras religiosas datan del siglo V, aunque las ruinas más destacadas corresponden a una iglesia construida en el siglo XI, durante la Alta Edad Media.
Este santuario servía como un refugio de ascetismo extremo para monjes que vivían en el tope del pilar bajo condiciones extremadamente rudimentarias, dedicados a la veneración de San Máximo.
Un lugar prohibido al público, pero lleno de vida espiritual:
Aunque de lejos parece pequeño, el Pilar Katskhi alberga una serie de instalaciones religiosas, que incluyen una iglesia, una cripta, celdas monásticas y hasta una bodega. Hasta 2015, el monje georgiano Maxime Qavtaradze vivió en la cima del pilar.
Según el Times of India, este sacerdote buscó la soledad del pilar en 1993, tras cumplir una condena por delitos relacionados con drogas. “Decidió que la mejor forma de arrepentirse y encontrar a Dios era meditar en una celda solitaria en la cima del pilar”, menciona el diario.
El monje, que solo descendía dos veces por semana para orar con sus seguidores, subsistía gracias a una polea por la que le subían alimentos. A pesar de que ya no reside allí, los monjes actuales continúan subiendo diariamente por una escalera empinada que tarda unos 20 minutos en ser escalada. Según relatan, esta rutina los conecta espiritualmente con Dios.
Una iglesia inaccesible: restricciones y renovación
El acceso al pilar está estrictamente prohibido para el público. Incluso, existe una norma que impide que las mujeres asciendan al lugar de culto en la cima, y no hay registros de que alguna haya pisado el sitio. Sin embargo, las obras de restauración iniciadas en 2009 han abierto la posibilidad de que en el futuro el lugar sea accesible a todos.
Para los curiosos que deseen visitar el Pilar Katskhi, es posible llegar al primer nivel de la roca, donde se encuentra un espacio para la meditación tallado en la piedra. También se puede visitar una pequeña capilla al pie del pilar, decorada con un techo abovedado y un ambiente de recogimiento único.
Un legado de ascetismo inspirado en San Simeón:
El Pilar Katskhi rinde homenaje a San Simeón el Estilita, un monje sirio que vivió durante el siglo V y pasó 37 años de su vida en un pilar similar en Alepo, Siria. Este estilo de vida ascético, que buscaba la conexión con Dios a través del aislamiento extremo, influyó profundamente en los monjes de Katskhi y en la construcción de su santuario.
El misterio sin resolver de su construcción:
A pesar de los avances en el estudio del Pilar Katskhi, sigue siendo un misterio cómo se logró construir esta iglesia en un lugar tan inaccesible durante la Edad Media. La falta de tecnología avanzada en esa época hace que arqueólogos e historiadores continúen debatiendo sobre las posibles técnicas utilizadas para escalar el pilar y levantar las estructuras.
En 2021, el New York Post lo describió con el titular: “Nadie sabe cómo fue construida esta iglesia”, y hasta hoy, el enigma sigue sin resolverse.
Un destino que combina historia, fe y misterio:
El Pilar Katskhi no es solo un monumento arquitectónico impresionante, sino también un testimonio del fervor religioso y la dedicación espiritual de los monjes georgianos. Su historia, envuelta en misticismo y aislamiento, lo convierte en un símbolo de la conexión entre lo terrenal y lo divino.
Aunque actualmente está cerrado al público, su singularidad y el misterio que lo rodea continúan atrayendo la atención de viajeros y estudiosos de todo el mundo. En el futuro, quizás este santuario pueda ser accesible para todos, ofreciendo la oportunidad de experimentar de cerca la espiritualidad y la belleza que representan este fascinante lugar.