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En 1995, un programa icónico de la BBC llamado Tomorrow’s World invitó a su audiencia a imaginar cómo sería el mundo en el año 2025. Entre los invitados destacó Stephen Hawking, uno de los científicos más influyentes del siglo XX, quien afirmó: “Para 2025, podemos esperar grandes cambios”.
Este episodio especuló sobre avances tecnológicos y sociales que parecían extraídos de la ciencia ficción, desde la minería espacial hasta cirugías realizadas por hologramas.
Ahora que nos encontramos en el año 2025, vale la pena reflexionar sobre aquellas predicciones, analizando cuáles se cumplieron, cuáles se quedaron en el reino de los sueños y qué impacto tuvieron en nuestra visión del futuro.
Las “revueltas del ciberespacio”:
En los años 90, la World Wide Web estaba en sus primeros pasos, apenas comenzando a democratizar el acceso a la información.
En Tomorrow’s World, se planteó un futuro dominado por “barones empresariales” y bancos que controlarían la red, estableciendo una “supernet” restringida para el acceso masivo. Esta monopolización del ciberespacio, según el programa, provocaría revueltas, virus informáticos y caos.
La realidad ha sido diferente, aunque con ciertos paralelismos. La Internet se ha mantenido en gran medida abierta, pero el impacto de los hackers y las amenazas cibernéticas ha sido significativo.
Si bien no hemos presenciado las revoluciones digitales que predijeron, los ciberataques y las violaciones de seguridad son una preocupación constante para gobiernos, empresas y ciudadanos.
Un aspecto que no previeron fue el papel de los hackers patrocinados por Estados, como el caso de Corea del Norte, que ha estado implicada en importantes ataques cibernéticos según el podcast The Lazarus Heist de la BBC.
Además, la desconfianza hacia los bancos tradicionales ha impulsado la creación de criptomonedas como el Bitcoin, cambiando el panorama financiero global.
La minería de asteroides y el gel de basura espacial:
En 1995, el programa imaginó que la minería espacial se convertiría en una industria lucrativa para el 2025, con empresas privadas extrayendo metales preciosos de asteroides cercanos a la Tierra. También predijeron que el problema de la basura espacial sería tan grave que se necesitaría un gel especial para encapsular los fragmentos y reducir su velocidad.
La minería espacial aún no se ha materializado, pero hay avances prometedores. Empresas como SpaceX y Blue Origin han allanado el camino hacia una industria espacial comercial, y la tecnología necesaria para la extracción de recursos en el espacio está cada vez más cerca de ser viable.
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El futurista Tom Cheesewright cree que las riquezas potenciales de esta industria son incalculables y que podría ser una realidad en las próximas décadas.
En cuanto a la basura espacial, el problema es real y crece a medida que aumentan los satélites en órbita. Aunque no contamos con un “supergel”, sí existen iniciativas para abordar este desafío, como redes gigantes y brazos robóticos diseñados para capturar desechos espaciales.
Cirugías futuristas – Los robots al servicio de la salud:
El programa predijo que, para 2004, todos los hospitales del Reino Unido publicarían rankings de cirujanos según sus éxitos y que los médicos más destacados operarían a distancia usando “luvas espaciales” y hologramas. Mientras tanto, un robot replicaría los movimientos del cirujano junto al paciente.
Aunque no hemos llegado al nivel exacto de tecnología que imaginaron, los robots ya juegan un papel crucial en la medicina. Sistemas como el Da Vinci permiten a los cirujanos realizar procedimientos más precisos y menos invasivos, y la telecirugía está en auge gracias a los avances en conectividad y realidad virtual.
Altavoces inteligentes y hologramas – Un hogar conectado:
En una escena del programa, se mostraba una “cabeza flotante” emergiendo de un altavoz inteligente para ofrecer sugerencias de viaje y recordatorios. También se mencionó un sistema de transporte ultrarrápido que permitiría viajar de Londres a Bangalore en 40 minutos.
Hoy, los altavoces inteligentes como Alexa o Google Home son parte de nuestra vida cotidiana, y los hologramas están comenzando a integrarse en la tecnología de consumo. Sin embargo, los sistemas de transporte ultrarrápido siguen siendo un sueño lejano.
Servicios bancarios y microchips en el cuerpo:
El episodio también presentó una visión futurista de los servicios bancarios, mostrando a una mujer que usaba un chip implantado en su brazo para retirar dinero de un banco sin personal.
Aunque no es común ver implantes de chips para transacciones, esta tecnología existe y está siendo explorada, especialmente en países como Suecia.
Por otro lado, las tecnologías biométricas, como la identificación por huella dactilar o reconocimiento facial, se han convertido en herramientas comunes en servicios financieros.
Un futuro con bosques restaurados y conciencia climática:
Monty Don, uno de los presentadores del programa, habló sobre una futura restauración de los bosques británicos, gracias a la ingeniería genética y la agricultura vertical, que permitiría reintroducir animales salvajes como el oso pardo. Al reflexionar sobre estas ideas, Don reconoció que su visión era “utópica e ingenua”.
Sin embargo, los problemas climáticos han ganado protagonismo en las últimas décadas, y la generación joven muestra una mayor preocupación por el medio ambiente. La agricultura vertical ya es una realidad en muchas ciudades, ayudando a reducir el impacto ambiental de la producción de alimentos.
Hacia el 2055 – Lo que podría venir:
Mirando al futuro, la futurista Tracey Follows cree que en 2055 muchas personas estarán “conectadas cognitivamente”, creando una colmena de mentes humanas y tecnología. La “tempestad de ideas” será literal, permitiendo compartir pensamientos con solo imaginarlos.
Por su parte, Tom Cheesewright señala que los mayores avances podrían venir de la ciencia de materiales y la bioingeniería, con aplicaciones revolucionarias en medicina, descarbonización, agua limpia y alimentos sostenibles.
Entre aciertos y sorpresas:
El episodio de Tomorrow’s World de 1995 demostró que predecir el futuro es una tarea compleja y que, aunque algunas ideas se cumplieron, otras quedaron en la imaginación. Como dijo Stephen Hawking: “La única certeza es que el futuro será muy diferente de lo que imaginamos”.
Las predicciones de 1995 nos recuerdan que el progreso humano es tanto sorprendente como impredecible. Algunos avances, como los altavoces inteligentes o la robótica médica, superaron las expectativas, mientras que otros, como la minería espacial o los chips implantados, están en sus etapas iniciales.
Lo que es evidente es que seguimos avanzando hacia un futuro donde tecnología, sostenibilidad y creatividad se entrelazan. Quizás, al mirar hacia 2055, aprendamos a soñar sin perder de vista nuestra capacidad para moldear el mundo.
FUENTE: BBC NEWS.